¿Cómo saben ustedes que necesitan un descanso? Yo me doy cuenta cuando no soy capaz de parar de abrir pestañas en el explorador para meterme a Twitter o a Gmail. Cuando no logro pasar más de diez minutos en Word sin caer en la tentación de ver qué hay de nuevo en las redes sociales. Esa inquietud incontrolable de los dedos, esa mente excesivamente distraída, es para mí un síntoma de que llegó la hora de vacacionar.
Como mis vacaciones son irregulares —no es como que yo sepa que en agosto voy a tener vacaciones—, tengo que estar alerta a estos síntomas de cansancio. La fatiga es indicativa que ha terminado un ciclo de sprint. Este año el primer sprint de trabajo duró algo así como cuatro meses.
Trabajar por sprints organiza alrededor de un conteo regresivo. Me da sentido de urgencia. «Me queda un mes en Bogotá y tengo que hacer al menos cinco entrevistas» y va a uno a ver y las logra. Sirve para convertir el trabajo en proyectos, como debe ser. En nuestro curso digital Mentalidad 13%, el consultor Eduardo Salazar lo puso en términos del reino animal: no somos vacas, que rumen durante ocho horas diarias. Somos leones, a plena potencia durante cuatro horas y el resto de tiempo en reposo. Los humanos alcanzamos nuestro mayor esplendor cuando operamos constreñidos. Acotados por restricciones que liberan nuestra creatividad. Entre más me limito más me libero, dice el cantante. Correr, correr, y después descansar.
Hoy, jueves 18 de mayo, estoy en la playa, descansando. Tomando piña colada (sin alcohol, que sabe mejor). Si me preguntan, me siento más vaca que león.
Tuve que tener cuidado con los libros que traje. Por un momento quise aprovechar para leer unos libros que enseñan a escribir mejor y otros de historia. Pero la idea de descansar es también resetear el cerebro. Dejar mi afición por la historia y mis ganas de sentirme escritor. No aprovechar, sino más bien desaprovechar. Traje solo novelas. Confío en que mi cerebro se reconfigure solito, que suelte la tensión de cuatro meses de sprint y se relaje a ver que surge de tanta distracción.
Este es ya el newsletter número quince. Quince semanas seguidas, cubiertas en el primer sprint del año. Espero que el reposo me permita volver con energía para cubrir las quince que siguen.
Gracias por leerme y por sus comentarios.
Recomendación de la semana
Concierto: Bon Iver en NPR
Para sus próximos sprints de trabajo, este concierto de Bon Iver es sensacional. Creo que lo habré escuchado ya doce mil veces y que pago Youtube Premium para no aguantarme las mil propagandas que lo interrumpían.