Parálisis por análisis
Cuando uno le pregunta a la gente por qué nunca empezó el proyecto que siempre quiso hacer, la explicación más frecuente es la de la parálisis por análisis. Es decir, antes de empezar a darle forma al proyecto, se atravesó un «pensándolo bien». Pensándolo bien, no es tan buena idea. Pensándolo bien, no estoy lista para asumir ese cargo. Pensándolo bien, es mejor no arrancar todavía sino pensarlo bien otro rato más. La mejor solución a la parálisis por análisis es bastante obvia (aunque mi mamá dice que lo obvio no es tan obvio): empezar y luego corregir el rumbo. La gente cree que el que arranca sin tenerlo todo previsto está improvisando. Que entre más extensa sea la preparación y más robusta la investigación, más probable que el proyecto sea exitoso. O al menos, que de su creador no emane el brillo grasiento de la improvisación fracasada. El problema con esta