Nostalgia de futuro
Ese es el problema, ¿no les parece? Esa tendencia de generar un futuro parecido al presente que conocemos, solo que un poquito mejor. ‘Envidearse’ le dicen unos. Otros lo llaman ‘empelicularse’. Es justamente eso: armar una película en cuestión de segundos. Proyectarla en la conciencia e ilusionarse con ella.
Si lo pensamos bien, la mente es tremenda productora de cine. Ella misma hace el casting, dirige las escenas, se asegura de darle la iluminación precisa, escoger la música, y todo lo que haga falta. Hace todo el trabajo y lo hace en cuestión de segundos. ¡No es sorpresa que nos enamoremos de ese futuro fabricado al instante!